Muchos me preguntáis donde está hecha la foto de porta de de mi Web. La ubicación se llama el Viejo aserradero de Ekai, en las afuerzas de aoiz en Navarra. Un lugar abandonado de la empresa El Irati S.A. Desde aquí se procesaban las maderas que cargarían luego el tren Irati, un centro dinamizador de la economía industrial navarra del s. XX. Cerró en 1990 y hoy el Gobierno de Navarra trabajan sobre un plan operativo para acondicionar la zona Aoiz-Lumbier al turismo: una red de museos, espacios culturales, centro de interpretación de arqueología industrial de la zona y recuperación del barrio del aserradero. Un buen amigo Alex me la hizo y me llevo a descubrir su tierra fantástica, saludos desde aquí.
Visto lo visto cambiamos de tema.
Hace unas semanas empecé en otro proyecto llamado Discoteca, no se cual seria la denominación más eficaz para nombrar dicho negocio. Un viejo amigo de la infancia podríamos decir que me dijo si quería realizar el traspaso de su negocio porque estaba bien cansado y sin ilusión para seguir. Lo peor de todo en la vida es perder la ilusión, de esto a mi me sobra pero no te diré que a causa de mi agotamiento físico y mental, he terminado saturado. Un negocio que he tenido que compaginar con 70 bolos de Orquesta, 10 más de Eventos propios, 3 producciones, ensayos, curro entre semana en la oficina y con mi otra empresa de diseño gráfico y proyectos multimedia. No he dormido nada absolutamente y ha sido un verano muy difícil, primero porqué la gente que más me quiere lo ha sufrido conmigo, ahora lo hablo en la distancia y después de 2 meses y me puedo reír, hasta tomármelo como metáfora.
Debo ser sincero ante mi público más mágico y es verdad, el proyecto es un negocio y todos los negocios tienen mucho trabajo y en este especialmente. Tampoco quisiera darme la importancia que no tengo. Soy muy consciente de mucho que me queda, de lo mindundi que sigo siendo al lado de gente muy grande a la que admiro empresarialmente y seguiré admirando por su forma de plasmar el miedo, la esperanza, la rabia o la soledad. Quizás esta vez seré peor que nunca, o quizás siempre me vinieron grandes todos los proyectos que he participado. Lo sé. Y siempre lo he sabido. Pero como ocurre con los abrigos que te dejan, siempre encuentras tu manera de arremangártelos y hacerlos tuyos aunque sólo sea de manera temporal. Y hasta te diría que abrigan más. No sólo por la tela que sobra. Sino por las arrugas que crean, y como todo el mundo sabe, cuando algo o alguien tiene arrugas, como que refugia más.
Nada más ahora ya esta todo en marcha, no se como irá, si me arruino volveré ¿como siempre vuelven los compañeros del infierno no?. Nos vemos por aquí, por allí, por mis redes sociales, entre mis muchos errores y algún éxito espero que nos podamos volver a encontrar. Ah, sí, que el último que apague la luz, –que no está la factura para dejarla encendida–, pero que sobre todo jamás cierre la puerta.
Este aprendiz de lo que nadie enseña se da a la fuga con una sonrisa en los ojos, varios silencios en la mochila y un hasta luego.
Buenas tardes a todos.
Niko Rosales.