Hoy cumplo años y no me gusta, vale lo acepto, pero soy un jovenzuelo. Cuando miro atrás y pienso lo que he vivido y estamos viviendo es un Coctel de emociones digno del mejor club de Habana. Sin embargo, como en todos los cumpleaños de cualquier mortal, durante ese día tan como cualquier otro, la frase que más te llega no es cómo te sientes, ni cada cuánto te aman, ni siquiera cómo te lo has montado para llegar con vida hasta aquí. La palabra que más escuchas no es otra que felicidades. Así, en plural. Como si no bastase con una, la gente que te quiere intenta desearte muchas. Y tú encima te ves obligado a darles las gracias. ¡Bueno les agradeces que tengan un fantástico momento para pensar en ti!
Últimamente necesitamos muchas felicidades, casi todos no nos podemos quejar. Pero no hay gente feliz o casi feliz. Son los felices que mi abuela llamaba felicianos. Y así no se puede ir por la vida, solía rematar. Son todos aquellos que, por más que te esfuerces, jamás cambiarán. Y desde luego, nunca esperes que gracias a ellos, las cosas cambien. Lo cual me lleva al cambio como fuente de infelicidad. Pero eso daría para otro artículo. Pero es que si pones tu ilusión en el futuro, tu fuente de satisfacción serán tus proyectos, todo aquello que estés preparándote para llevar a cabo. Ese futuro que se está creando hoy, o lo que es lo mismo, ya. Si me lo preguntas a mí, soy más de los que no ve el vaso ni medio lleno ni medio vacío. Y es que a mí no me preocupa el volumen, sino el caudal. La mejor forma de llenar esta bañera que perdió el tapón hace tiempo, es tratando de que siempre el flujo de cosas buenas sea mayor que el de las cosas que te hacen mal. Eso es disfrutar la vida a temperatura aceptable.
Por lo tanto, sólo me queda una explicación: en realidad no estaban deseándome muchas felicidades por mi cumpleaños, sino que intentaban regalarme un poquito de tiempo, eso es bonito y muy buen gusto recibirlo todos los días cosas y más, de personas bonitas.
Y compensar así esas otras no tan bonitas, el único lastre que es imposible soltar.
Gracias por las felicitaciones.
¡buenas noches!